EL CORAZÓN ARTIFICIAL


LA UTILIZACIÓN DE MEDIOS MECÁNICOS capaces de sustituir parcial o totalmente la acción contráctil del corazón sigue siendo hoy día uno de los objetivos de las cardioterapias.
modelo de corazon artificial
Los problemas que han de resolverse para la realización de este proyecto, que interesa a un elevado número de pacientes, son de orden tecnológico y farmacológico.
La creación de un sustituto mecánico del corazón o "corazón artificial" es, junto con el "transplante de corazón", uno de los grandes objetivos de la cardiocirugía moderna.
El concepto en el que se basa dicho proyecto es que en definitiva el corazón se comporta como una bomba, cuya función es impulsar el flujo de sangre en una determinada dirección, aprovechando un juego de válvulas. No hay razón pues para que, una vez resueltos algunos importantes problemas de carácter biológico, esta bomba natural no pueda ser sustituida, parcial o totalmente, por una bomba mecánica artificial.
El principal obstáculo que se opone a la realización de dicho proyecto parece ser todavía hoy la dificultad para encontrar un material de revestimiento interno de esta bomba artificial y un tipo de válvula que reduzca al mínimo los fenómenos de trombosis y sobre todo de hemolisis que habitualmente se registran cuando la sangre circula durante mucho tiempo en contacto con superficies "no biológicas". Por dicha razón los únicos corazones artificiales que hasta este momento han hallado aplicación clínica son los corazones artificiales parciales, es decir unos mecanismos que no se proponen sustituir total y definitivamente la acción contráctil del músculo cardíaco, sino permitir una mejor curación del corazón (afectado por un infarto o por una grave insuficiencia ventricular izquierda), dejándole descansar.

CORAZÓN ARTIFICIAL PARCIAL


El principio de funcionamiento de los dos modelos existentes es esencialmente el mismo, al consistir ambos en una bomba unidireccional constituida por un tubo valvulado en sus dos extremos y dotado de un espacio expansible bajo la presión de un fluido comprimido rítmicamente por una bomba externa. Sin embargo, el método de aplicación de este mecanismo de asistencia al ventrículo izquierdo en el interior del tórax del paciente es distinto en cada caso. En uno, en efecto, se aplica "en serie" en relación a la acción del ventrículo izquierdo, con objeto de derivar sangre desde la aurícula izquierda, y de conducirla a la aorta descendente.
El otro modelo se aplica en cambio "en paralelo" a la acción del ventrículo izquierdo, derivando la sangre de la aorta ascedente y conduciéndola hasta la descendente. En un tercer modelo, la bomba está constituida no por un tubo, sino por una esfera dividida en dos secciones por una membrana elástica que, movida por la presión de un fluido externo, determina el movimiento de progresión pulsatoria de la sangre. En todos los casos se sincroniza la acción del corazón artificial parcial con la del corazón del paciente mediante un mecanismo electrónico que utiliza una onda especial del electrocardiograna para regir la bomba de presión externa.

CORAZÓN ARTIFICIAL PERMANENTE


El primer corazón artificial permanente fue implantado el 1 de diciembre de 1982 por el doctor DeVries, en la Universidad de Utah. El paciente era un dentista de 61 años —el doctor Barney Clark—, que padecía una miocardiopatía dilatativa y una neumopatía obstructiva. Posteriormente el doctor DeVries realizaría otros tres transplantes y el doctor Semb uno más en el Karolinska Institute de Estocolmo.
Gracias a estos estudios, en los que el corazón artificial permanente permitió mantener con vida a los pacientes mencionados durante un total de 1.557 días (duración máxima: 620 días), se ha podido aprender mucho en torno al funcionamiento y a la resistencia del corazón artificial: errores que favorecían la aparición de episodios tromboembólicos, infecciones provocadas por el aparato y posibilidad de garantizar una calidad de vida aceptable durante periodos prolongados.
En todos los pacientes el corazón artificial ha permitido la estabilización del cuadro hemodinámico mediante autorregulación. En el primer paciente sometido a intervención el volumen cardíaco, equivalente a una media de 5-6 litros/minuto, aumentó hasta los 12 litros/minuto, obteniéndose una sobrecarga volumétrica y un aumento de la frecuencia, con objeto de detener la necrosis renal aguda registrada en fase postoperatoria. En dos sujetos se ha podido detectar un aumento espontaneo del volumen cardíaco (hasta un máximo del 30 %) durante el esfuerzo en el cicloergómetro.

COMPLICACIONES DEL CORAZÓN ARTIFICIAL PERMANENTE


Las principales complicaciones recogidas por DeVries en sus investigaciones son las siguientes:

hemorragias (4 pacientes sobre 4), 
necrosis renal aguda (4 pacientes sobre 4), al-
teraciones del sistema nervioso central (cerebro; 3 pacientes sobre 4),
infecciones (3 pacientes sobre 4).
Para que el corazón artificial total pueda realmente constituir una alternativa al tratamiento de sujetos con cardiópatas en estado terminal es necesario resolver estos problemas.

• Complicaciones hemorrágicas. Las complicaciones hemorrágicas son muy graves. Se registraban tanto en fase perioperatoria (puntos de sutura, vías de control de la presión arterial por vía transcutánea) como en fase tardía (tracto gastrointestinal, cavidad nasofaríngea, articulaciones). La aparición de hemorragias se veía favorecida por el tipo de tratamiento anticoagulante demasiado agresivo adoptado el primer día después de la intervención (heparina, etc.) para reducir el riesgo de complicaciones tromboembólicas. Todas las prótesis intravasculares conllevan la aparición de trombos, aunque el riesgo real de episodios tromboembólicos depende de factores como estructura, materiales componentes, método de funcionamiento, terapia anticoagulante adoptada y asociación de procesos infecciosos. El examen de los corazones artificiales de los pacientes fallecidos reveló la existencia de un número elevado de depósitos trombóticos en el área de las válvulas conectadas a los ventrículos artificiales. El fenómeno halla probablemente explicación en la estructura del corazón artificial, en la medida en que las válvulas se encuentran en un área de flujo no uniforme que favorece el estancamiento de la sangre. No se detectaron trombos a la altura del diafragma, de la conexión entre diafragma y revestimiento externo o del propio revestimiento, a diferencia de cuanto se ha hallado en los corazones implantados como puente al trasplante. Dos de los pacientes operados por DeVries presentaron complicaciones tromboembólicas en fase taidía, a pesar de la administración de anticoagulantes y antiagre-gantes en dosis terapéuticas en un periodo en el que ambos presentaban fiebre y hemocul-tivos bacterianos positivos. Mediante autopsia se estableció el diagnóstico de pseudoéndocarditis.• Complicaciones infecciosas. Se trata del problema más grave y persistente detectado en el ámbito de la experimentación con corazón artificial permanente. Ha quedado demostrado que la presencia de prótesis intravasculares y mediastínicas y de catéteres transcutáneos es un factor de riesgo casi insuperable, hasta tal punto que no se puede utilizar un corazón artificial durante más de 30 días consecutivos. El problema más grave es el que planteaban las infecciones, que aparecían a la altura de los catéteres y que se propagaban luego al espacio mediastínico, alrededor del corazón artificial. Estas infecciones periprotésicas se debían a estafilococos gramnegativos (Staphylococcus aureus, Pseudomonas aeruginosa, otras especies de Pseudomonas). Se observó además la aparición de empiema, infecciones en las vías urinarias y sepsis de los catéteres intravasculares por Candida albicans. La necesidad de recurrir a un tratamiento poliantibiótico dio lugar a la aparición de bacterias resistentes y a diarrea infecciosa debida a Clostridium difficile. Una vez que aparecían, los distintos procesos infecciosos resultaban refractarios a cualquier terapia, aunque el tratamiento antimicrobiano permitiera la supresión temporal de la infección durante periodos prolongados. Por ahora sólo se puede formular la hipótesis de que la inmunosupre-sión influya en las reacciones del organismo a los agentes infecciosos.• Necrosis tubular (renal) aguda. La aparición de necrosis tubular aguda ha afectado desde la fase postoperatoria inicial a todos los pacientes operados, y en un caso se ha registrado una recidiva tardía. La aparición de la patología en fase perioperatoria se debe probablemente a varios factores: reducción del volumen cardíaco en fase preoperatoria, curso postoperatorio difícil con varias reintervenciones, hemorragias y múltiples transfusiones.

Tomado de: http://www.gentenatural.com/medicina/manual/corazon-artificial.html

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